dilluns, 13 de maig del 2013

La contribución de Sangre


El 4 d’abril de 1870 es van convocar les quintes. A Sants la resposta no es va fer esperar. Les dones van aturar el treball a fàbriques com l’Espanya Industrial i es van dirigir a l’església per tocar a somaten i al consistori santsenc per aturar el sorteig. Mentre al Pont de’n Rabassa, es va aixecar una barricada. Començava així la Revolta de Quintes. Un aixecament que s’escamparia pel pla de Barcelona i seria molt important a Gràcia.

Una revolta sobre la que ja us n’havia parlat, però sobre la que he volgut compartir amb vosaltres un text contemporani, La Contribución de Sangre,  relación detallada de los sucesos ocurridos en Barcelona y pueblos circunvecinos en la última insurrección un llibret escrit per J.R. y R. el redactor del diari republicà la Razón.

Barricades al Pont de'n Rabassa, davant de l'Espanya Industrial

III.

El dia 4 por la mañana se supo que ocurria algo en el vecino pueblo de Sans. Efectivamente, desde los barrios de San Antonio se oia distintamente el toque de somaten. He aquí el relato de los sucesos ocurridos en dicho punto, que hace el diario El Telegrafo del dia 5, edición de la mañana:

“Vamos a referir a nuestros lectores los tristes sucesos ocurridos en Sans en el dia de ayer, tal cual han llegado a nuestros oidos por conducto que tenemos por seguro. A primera hora de la mañana se reunió el ayuntamiento en la casa del pueblo para verificar el sorteo, y antes de comenzar esta operación empezaron a amotinarse las mugeres de las fábricas y muchacchos, formando una masa imponente que se calcula no bajaría de dos mil personas por las cuales se presentaron en las casas populares. Tiraron por el balcon la mesa, las listas, todos los papeles que encontraron en los armarios de la secretaría y cuantos muebles había, encendiendo una hoguera cuyas llamas escendían de la altura de las casas. El motín se dirigió entonces a la iglesia y las mugeres apoderándose de las llaves del templo y del campanario se encerraron dentro y empezaron a tocar a rebato. A este llamamiento responió la población formando barricadas y algunos individuos del ayuntamiento se retiraban a sus casas entre ellos el alcalde segundo, cuando fué alcanzado y muerto. otro dindividuo del ayuntamiento recibió una cuchillada en el pescuezo.

Así continuaron las cosas y en el entretanto aparecieron armados algunos paisanos. Luego en la capital se tuvo conocimiento de lo que pasaba en Sans se mandaron fuerzas del ejército. Hasta aquí llegan nuestras noticias sobre la manera como comenzó el tumulto de la quintas de Sans. La Crónica continuando el relato dice:

“Acabamos de llegar a Sans; es la una y he aquí lo que hemos visto:

A la derecha del puente que divide el pueblo de Sans del barrio de Hostafranchs, se ha construido con las piedras que había apiladas para la recomposición de la carretera, una barricada que tapa la entrada del puente: en medio de ella hay una bandera: su construcción no nos ha parecido a propósito para resistir el empuje de la tropa y creemos que, si desgraciadamente hay necesidad de acudir a las armas, será tomada en muy breve espacio.

Detrás de la barricada, a alguna distancia (suponemos que seria a la otra entrada del puente) vimos algunos carros en hilera, no en forma de barricada, que habian puesto allí como medida de precaución.

A la entrada de la calle de Hostafranchs había apostados cuatro soldados y un cabo de caballería: detenían los carruajes, pero permitían circular libremente a todo el mundo.

Frente a la barricada había fuerzas de infantería, carabineros de a pié y a caballo, y caballería del ejército. Los vecinos de la calle, a pesar de la preséncia en la tropa y en la barricada, no faltaban mugeres que estaban a las puertas de sus casas.

La caballería estaba en aquel momento desmontada y había cesado el toque de somaten a eso de las doce y cuarto. Al llegar las fuerzas en columna de ataque, los de la barricada, levantaron el pañuelo blanco pidiendo parlamento, lo que les fué concedido.

Las primeras negociaciones no dieron resulta, pero se reanudaron de nuevo y se convino en que se retirarian los de la barricada, siendo esta deshecha. Entonces cesó el toque de somaten.

En la barricada habria unos cien hombres armados con escopetas, es decir, armas no muy a propósito y de no muy buena calidad.

A eso de las 12 y 32 minutos hubo un momento de alarma producido por un rumor sordo de los alambres telegráficos, suponiéndose que los habian cortado. Poco después dejose oir de nuevo el toque de samaten.

Nos retirábamos ya, y vimos que la caballería montaba: a alguna distancia de la tropa, y detras de esta vimos aparecer unos diez y ocho paisanos armados de carabinas por una esquina, pero no vimos que pasasen adelante.

Posteriormente sabemos que empezó el fuego, y se tomaron las barricadas. A última hora de la tarde entro en esta Ciudad alguna fuerza procedente al parecer de Sans con una cuerda de paisanos presos que fueron conducidos a Atarazanas.”

Esto dice el citado periódico de dicho dia. Nosotros a la una y media proximamentes vimos marchar a dicho punto una columna compuesta de un batallon de infanteria, algunas piezas de artilleria de montaña y una corta escolta de caballería.

He aquí como termina el relato de lo acontecido en dicho punto, la Crónica del mismo dia, edición de la mañana:

“Segun nuestras noticias, rompióse el fuego den Sans poco después de la tarde. La barricada fué tomada por la bayoneta sin que se hallase la resistencia que esperaba, pero esta continuó despues desde las casas, arrojando, los que en ellas se habían refugiado, tiestos y piedras a la tropa. Los paisanos armados en Sans ascenderian a unos 160 o 200. Sabemos que han tenido bajas y muertos, pero no podemos fijar el número de las desgracias que hay que lamentar.

Tambien hay que lamentarlas en la tropa. Unas diez, segun nuestras noticias, han sido bajas que ha tenido, entre ellas dos carabineros y un soldado muertos. Un oficial de carabineros salió herido, habiendo sido muerto su caballo; y se cree que un cabo del mismo cuerpo, gravemente herido, habrá dejado de existir a estas horas.

Tambien se dice que ha habido otro oficial herido.

Los prisioneros hechos por la tropa son diez y seis.”

Es decir, el motín, principio de los acontecimientos, fue iniciado por mugeres y niños, y por lo mismo, no reconoció carácter político determinado. La sofocación del mismo costó solo una tarde escasa.

Si el movimiento posterior se hubiese combatido con el mismo celo que el efectuado en Sans, ni tendriamos que deplorar tantas desgracias, ni a la circulación de los intereses materiales se hubiera visto interrumpida por tantos dias, ni la zozobra y la ansiedad habrian dominado en tan alto grado en el corazón de los vecinos de esta Capital y pueblos del contorno.

¿A qué debemos atribuir lo que podriamos llamar inacción en el ejército? ¿Contaba la Autoridad militar con pocos medios? Pocos eran tambien los sublevados. ¿Ignoraba dicha Autoridad la posición de estos? No queremos hacerle el poco favor de suponerlo, pues la primera obligación del que ataca es siempre contar las fuerzas de aquel a quien se ataca. (...)

Sobre l’acció dels santsencs a la revolta de quintes encara es fa algun esment més a La Contribución de Sangre.

VII

A media tarde recibióse la noticia de que en la villa de Gracia se habian incendiado los papeles de la quinta y todos los objetos de la misma. Díjose que los amotinados en gran número junto con los de Sans que habian abandonado aquel pueblo en el mismo día, segun hemos dicho anteriormente, se fortificaban, construyendo barricadas con los adoquines de las aceras, las mesas del mercado y los arboles del Paseo. (...)

XX

En el dia anterior  , y en presente continuaron llegando algunas fuerzas. Esto pareció reanimar algun tanto a los que tan cogidos de sorpresa se hallaron en los primeros momentos de la sublevación. Dos batallones de infanteria, unidos a otras fuerzas que habian llegado el dia anterior junto con dos de ingenieros, vinieron a aliviar la penosa y aflictiva situación de los valientes, que desde los campanarios se defendian atacando a todo ser viviente y de los que disparaban continuamente sus cañones contra la vecina Villa de Gracia.

Digna de mentarse es la marcha de los ingenieros. Al llegar a Molins de Rey, tuvieron que cambiar el ferro-carril por la alpargata, por hallarse la via interceptada. En San Feliu de Llobregat fueron atacados por el paisanage, causándoles algunas perdidas. Resistieron y atacaron la población. Unos 15 de los amotinados se refugiaron en la Iglesia, en cuyo sitio se rindieron. El coronel del batallón dirigióles la palabra y terminada su amonestación, dejóles en libertad.

El batallon continuó su marcha hasta Sans, siendo hostilizado más o menos, hasta que al llegar a dicho punto, fué tomada una avanzada por algunos paisanos. Encerrada en el Teatro, se la desarmó, dandosele libertad, después de habérsele repartido munición de boca en abundacia. Personas que presenciaron la sorpresa, nos han asegurado, que el batallon entero habria caido en el garlito, a tener el paisanage una pizca de dirección.

El general tenia pues a su disposición un número considerable  de fuerza. Podia atacar sin recelo a los sublevados de una manera enéergica y decisiva. Localizada la sublevación de la Capital en los barris de San Pedro y en los Arrabales, tomados militarmente los demas puntos, cumplidas con rigurosa exactitud sus rigurosas disposiciones y con fuerzas tan considerables, estaba en disposicion de acabar con ella en pocas horas.

No obstante siguieron llegando tropas hasta el viernes, y hasta el sábado no se tomó Gracia, sin duda porque estaba escrito que debia ser semana redonda, la que empezaron con los disturbios de Sans.

Si voleu saber-ne més sobre la Revolta de Quintes us recordo fer un cop d'ull al projecte que a Gràcia es va fer al Twitter. Més a les Jornades La de Rosa de Foc.