dimecres, 27 de febrer del 2013

Pequeñas pérdidas de memoria


Avui comparteixo un magnífic article de Xavier Theros aparegut a El País del 23 de febrer sobre els enderrocs de la Casa dels Pollets i de la casa de mossen  Pere Oliveras Lapostolet

Solar situat al número 26 del carrer de Creu Coberta de Barcelona / CARLES RIBAS


Supongo que es un fenómeno habitual cuando se llega a cierta edad, pero de un tiempo a esta parte sólo asisto a sutiles destrucciones de mi memoria urbana, imperceptibles atentados a la ciudad que un día conocí y que desaparece sin dejar siquiera un rastro de nostalgia. El penúltimo caso fue anteayer, como aquel que dice.

Si ustedes hubiesen nacido pasada la plaza España seguro que sabrían dónde estaba la tienda de la Avícola Arenas —más conocida como la casa de los Pollitos—, en el número 26 de la calle Creu Coberta. En mi infancia era parada obligada para todos los niños, pues en ese modesto edificio de dos plantas criaban patos y gallinas al por mayor. Era un lugar especial en aquella acera llena de comercios para adultos. Con la nariz pegada al cristal del escaparate, me recuerdo contemplando esa pequeña sociedad en miniatura vista bajo una bombilla, y sus cientos de pequeños animalitos que se agitaban, bebían, comían y cagaban, errantes de aquí para allá. Hoy una imagen así nos puede parecer un tanto sórdida, pero en aquellos años sin internet —ni apenas televisor—, resultaba extrañamente cautivadora. Les hablo de una época no tan lejana, cuando la gente compraba un polluelo como juguete para los críos (quiero suponer que con la loable intención de enseñarles a cuidar de un ser vivo), lo alimentaban con lo que podían y se lo zampaban en Navidad, bien asado en el horno de la panadería más cercana. El pollo aún era un alimento caro, en casa la pechuga a la plancha gozaba de una consideración cuasi curativa y milagrera, sólo se veía cuando alguien estaba acatarrado. La mayoría de mis vecinas tenían gallineros en sus balcones y patios, lo cual permitió que el avícola fuese un negocio razonablemente rentable hasta finales de los años setenta. Fue entonces cuando llegó su decadencia, acompañada por la bandeja de poliexpan del supermercado y el pollo al ast.

Durante muchos años nadie se fijó en esa finca tan modesta, casas así había muchas por aquellas tierras. Sobrevivían como un recuerdo vivo de cuando todo esto eran huertos y bancales, y los lugareños residían en pequeñas construcciones con reloj de sol en la fachada. Los pollitos echaron plumas y desaparecieron, y en su lugar se instalaron otros comercios. Nadie hubiera caído en la cuenta de su importancia sentimental si no fuese porque todo este tramo de la calle Creu Coberta llevaba años afectado por el Plan Especial de Reforma Interior (PERI), que pretende descongestionar algún día la plaza España alargando la calle Diputació hasta la Gran Via. Sólo cuando se supo que iban a derribarla alguien recordó que sus muros habían pertenecido al primitivo edificio del hostal de Hostafrancs, la famosa hospedería que dio nombre al barrio.

La historia se remonta a 1839, cuando los municipios independientes de Sants y Barcelona hicieron un intercambio de tierras. Barcelona cedió la playa de Casa Antúnez, reconvertida en Can Tunis y la Marina. Mientras que Sants entregó los huertos cercanos a la Creu Coberta, un padrón medieval que demarcaba los límites entre ambas poblaciones, situado sobre el montículo donde se construyó tiempo después la plaza de toros de las Arenas. Justo un año más tarde, Joan Corrades Bosch construía un hostal cerca de la nueva barriada aún no bautizada de Barcelona, y le puso por nombre el de su pueblo natal en La Segarra: Hostafrancs. Mientras existieron las murallas aquel fue un buen negocio que acogía a contrabandistas y viajeros, a señores notables y a carreteros, generando su propia leyenda. Pero una vez abierta la ciudad, nadie quiso quedarse a dormir y en 1885 llegó la hora del cierre. Años después —en 1928— fue derribado el cuerpo principal de la hostería y se construyó el cine Arenas, actualmente el decano de Barcelona y pronto afectado también por el PERI. Las dependencias anexas se convirtieron en la Avícola Arenas, y ahora han desaparecido definitivamente.

La memoria siempre es temporal, aunque en nuestro mundo su destrucción parece acelerarse. De las casas bajas que tapizaban la antigua carretera a Madrid, desde la Creu Coberta hasta Hospitalet apenas sobrevive un puñado de inmuebles. Hace unos días fui a comer con mis padres y pasamos por delante de la casita de mossèn Pere —en el número 214 de la Carretera de Sants—, mientras la estaban derribando. Su dueño Pere Oliveras Lapostolet era todo un personaje en el barrio. Se hizo popular como el sacerdote de los pobres por ceder su humilde casa como albergue para menesterosos y desahuciados de la postguerra, y años más tarde para toxicómanos y delincuentes que querían rehabilitarse. Mi madre estuvo un buen rato parada frente a la lona verde que tapa la obra, en silencio. Después me contó que aquel hombre —fallecido en 2007 a los 84 años—, tuvo muchos problemas con la Iglesia a pesar de ayudar a todo aquel que se lo pedía. Me contó que las chicas que trabajaban en los talleres de la zona se sentaban al mediodía en la antigua plaza del ayuntamiento de Sants (donde la carretera se cruza con la rambla de Badal) para comer, y que el sacerdote les habilitó una mesa larga y unos bancos en su comedor para que lo pudieran hacer a cubierto.

Curiosamente, han desaparecido dos casas con historia y ambas vinculadas al hospedaje de personas, dos casas hospitalarias y sin pretensiones; una de ellas dio nombre a un barrio entero y la otra era un punto de ayuda para los más necesitados. Han caído las dos bajo la piqueta del urbanismo saneador y de la lógica inmobiliaria. Seguramente la historia ya es así, pero uno se siente un poco más desmemoriado esta mañana.

dimecres, 13 de febrer del 2013

Més sobre la Casa dels Pollets


Els darrers enderrocs d'edificis històrics a Creu Coberta i a la Carretera de Sants i la publicació de diversos articles a blocs i a les xarxes socials han generat una gran polèmica entre el veïnat d'aquests barris. Des de fa uns dies he rebut una gran quantitat de correus fent preguntes, moltes de les quals de moment no puc contestar, i aportant informacions que agraeixo molt. 

Us adjunto un text que m'ha fet arribar Josep M. Vilarrúbia-Estrany, una de les persones que més ha fet per la recuperació de la memòria històrica dels nostres barris des de fa molts anys. És una carta enviada a La Vanguardia. Una carta que aclareix molt bé la història de la Casa dels Pollets i de la història del barri d'Hostafrancs. 

La Vanguardia (Cartes al Director)


Després de llegir “Enderroquen la primera casa d’Hostafrancs, l’Hostal del fundador del barri” crec que hem d’aclarir alguns aspectes erronis

En primer lloc sento molt un enderroc d'aquesta categoria. El territori avui Hostafrancs pertanyia al municipi de Santa Maria de Sants fins a l’any 1839, per orde de la Diputació de Barcelona. Territori conegut com Les Barraquetes i que en teoria no s’hi podia edificar. 

El 3 de novembre de 1839 davant del notari Jaume Rigat Estrada es presentaren Antoni Plana, flequer amb fleques per tot el Pla de Barcelona, i els antic propietaris Josepa Nogués i el seu fill Felip Moner. Era una cessió en emfiteusi  el document parla “d’una peça de terra campa de tinguda una mojada poch més o menos” Planas es comprometia a seguir llaurant la parcel•la i una vegada obtingut permís edificar fer-ho amb una despesa mínima de 300 lliures. Cada 25 d’octubre pagaria de cens 25 lliures. Si es volia redimir el cens l’efectiu es faria amb moneda d’or o argent, ja que no se’n fiaven dels bitllets de banc, acabats d’estrenar i que es consideraven “paper mullat” Els antics propietaris es comprometien a pagar censos anteriors.

A partir de la data indicada Planas pagaria l contribució, com totes les despeses per el contracte indicat. La família Moner Nogués rebria el dia del contracte dos pollastres. El forn, jo l’he conegut i sóc del 1957, fou construït, anys després la casa del seu costat esquerre seria la casa dels pollets. Amb els anys Planas vendria part del territori estudiat a Joan Corrades, originari d’Hostafrancs de Sió (La Segarra)

Primer va fer un cobert i més tard un hostal (conegut com a Hostal Vell i desaparegut el 1928). Corrades va batejar l’hostal “Cal Astafranchs”, topònim així pronunciat a La Segarra. Ben aviat els usuaris de “la Tramvia” es feien parar el vehicle davant de l’hostal i es va popularitzar el nom de l’hostal que va donar el nom al barri.

Josep M. Vilarrúbia-Estrany 

divendres, 8 de febrer del 2013

Sants 214 enderrocada

Imatges de la finca de Sants 214 en procés de ser enderrocada. Fixeu-vos especialment en les fotografies que he fet des de la part del darrera, al carrer Tirso de Molina. S'ha perdut una oportunitat per a una funció social i s'ha obert una nova porta a l'especulació? Algú ens ho pot explicar?

Enderroc de l'edifici de carretera de Sants 214

Vista des del carrer de Tirso de Molina

Una màquina enderrocant la finca.





View Larger Map

Con la iglesia hemos topado?



Normalment amb les actualitzacions a Memòria de Sants intento descobrir espais del barri i explicar les històries i anècdotes que conec. Avui en canvi compartiré pocs coneixements i força suposicions i preguntes. Ahir a la tarda, de camí a la feina, vaig veure la casa que teniu a la imatge, a carretera de Sants arribant a la rambla de Brasil, coberta per una bastida i tot de lones, una imatge que em va recordar la foto de la Casa dels Pollets a Hostafrancs, enderrocada fa pocs dies.

Aquest és un dels edificis antics de Sants i darrera amaga una història de la qual feia temps que volia tirar del fil per no publicar res que contingui mitges veritats. Ara però, per la situació de risc imminent prefereixo compartir amb vosaltres el que jo he escoltat i si en tot el que explico hi ha alguna afirmació inexacta espero les correccions. 

La casa de la imatge va ser propietat de mossèn Pere, una de les persones vinculades a la Parròquia dels Dolors. Una persona enamorada dels llibres que de molt jove vaig conèixer per tots els anys que vaig estar vinculat a l'esplai Xiroia que es troba a la mateixa parròquia. Ja malalt i molt gran mossèn Jaume va deixar l'edifici en herència al bisbat amb la condició que fos dedicat a fins socials.

Fa molt de temps gent vinculada a la parròquia va intentar assegurar que es complís aquesta condició, plantejant que l'edifici fos dedicat a alguna entitat sense sostre o que realitzés una tasca social, però en aquell moment ja vaig sentir campanes sobre les intencions del bisbat sobre aquesta finca i no coincidien exactament amb aquesta funció social. Una història sobre la que fa temps que he volgut saber-ne més per poder-ho explicar en condicions i si calia poder denunciar aquesta sospita d'especulació amb el patrimoni i fins i tot amb unes darreres voluntats. Però com deia al principi ara corre massa pressa. 

Per això us deia al principi que més que explicacions aquest article vol plantejar preguntes. Què es farà amb aquesta edifici del nostre patrimoni? A quins fins es dedicarà? Qui s'enriquirà d'aquest operació?

Espero que tot aquest cas no s'afegeixi a la llarga llista que denunciava Carrer amb el seu número 126.

dimecres, 6 de febrer del 2013

La F2, la fàbrica de guerra de La Bordeta




Dissabte 9 de febrer a Can Batlló, dins del Febrer Llibertari, participaré en una xerrada sobre la Fàbrica F2 a la Bordeta.

Carnestoltes llibertari
11h Xocolatada i animació infantil amb Mimulus
14h Dinar popular per 5€. Reserves: febrerllibertari2013@gmail.com
18h Passi de documental: “Del Pintallavis a la bala”
19h Xerrada sobre “La F2, la fàbrica de guerra de Can Batlló” amb Agus Giralt historiador i autor del llibre "Del somni al silenci. República i Guerra Civil"
21h Festa de Carnestoltes amb música i karaoke

Febrer Llibertari

dissabte, 2 de febrer del 2013

Un jaciment romà al carrer Begur

L'any 1972 el servei de clavegueram de l'ajuntament de Barcelona va localitzar al carrer de Begur, a la cantonada amb el carrer de Bacardí diversos enterraments romans. Us adjunto l'article publicat a la pàgina www.patmapa.gencat.cat

El jaciment arqueològic es localitza al carrer Begur número 42, cantonada amb el carrer Bacardí número 57. Entre el carrer de Badal i el carrer de Sugranyes dins del barri de Sants, en el districte Sants-Montjuïc. A l'any 1970, el servei de clavegueram de l'ajuntament de Barcelona va localitzar en aquest indret restes de diversos enterraments romans en àmfores i tègules, troballa que seguidament varen informar al Museu d'Història de la Ciutat. Quan va intervenir l'arqueòloga Joaquina Sol del Museu d'Història de la Ciutat, es varen identificar 9 sepultures orientades cap a l'est, amb una atribució cronològica baix-imperial romana. Els enterraments estaven distribuïts en una rasa d'uns 11 metres per 2 metres d'ample, amb una profunditat de 3,75 metres. Tan sols dues de les inhumacions estaven senceres. Aquests enterraments eren del tipus de cobertura de tègules a doble vessant, i una d'elles presentava imbrices a la part superior. Els dos esquelets es varen trobar sencers, que varen ser entregats al doctor S. Alcobé, Director del Laboratori de la Universitat per al seu estudi antropològic. Altres dues tombes -i tal vegada una tercera- també presentaven restes de tègules, i altres tres enterraments eren en àmfora. La darrera tomba era en àmfora, però estava coberta de tègules. Les inhumacions no contenien cap tipus d'aixovar, però segons F. X. Menéndez (1988), podrien situar la necròpolis entorn del segle IV-V dC. Aquesta troballa no s'ha pogut relacionar amb cap vil·la romana ni via romana, ens és desconeguda l'existència de vil·les romanes dins del territori del barri de Sants. Actualment, la zona està completament urbanitzada, però les diferents intervencions arqueològiques podien delimitar la necròpolis tardorromana. Es possible que al carrer encara queden restes arqueològiques, així com en l'illa que es situa entre el carrer Bacardí, el carrer Canalejas, carrer de Sugranyes i el carrer Badal, ocupat per un edifici industrial amb un pati a l'interior que no ha estat urbanitzat.